miércoles, 22 de julio de 2009

EL SUEÑO DE VIAJAR A JAPON

Desde muy pequeño me gustaba escuchar los relatos de las vivencias de mis abuelos paternos, sobre el lugar de origen y de la razòn por la que se aventuraron a llegar al Perù, me parecìan muy interesantes, aunque cuando me la relataban, estaban mezcladas con un español mal pronunciado, ya que no era el idioma oriundo y no sabìan totalmente su significado, asi que las relataban a su manera.
Empecè a interesarme por conocer el lugar donde habìan nacido y me decìa algùn dìa irè a conocerlo y conocer a la familia que se habìa quedado en dicho paìs.
Nunca me imaginè que vendrìa a japòn, no como turismo sino para trabajar por la mala situaciòn econòmica por la que atravezaba el paìs; muchos compatriotas partìan a diario, con la misma finalidad, con destinos diferentes, llenos de incertidumbre, con muchos deseos de salir adelante; otros venìan a la deriva, aceptando lo que viniera con tal de tener un trabajo, juntar dinero y enviar lo que pudieran para mantener a la familia que se dejaba en el paìs natal.
Hasta antes de decidirme a venir a trabajar, estaba en contra de esta idea; deseaba seguir intentando en surgir en mi propio paìs; pero la situaciòn siguiò empeorando y no tuve màs remedio que aceptar la realidad; planificamos venir en grupo y dentro de ellos estaba mi esposa, pero por cosas del destino, saliò en estado y no deseaba arriesgarla a venir junto conmigo a un paìs que no conocìa, lleno de dudas; es asì que decidimos que despuès de que me estableciera, nos volverìamos a reunir.
Tomè la determinaciòn que vendrìa a este paìs y que aquì tratarìa de echar raices, no como muchos que decìan, trabajo unos años, junto un capital y me regreso a hacer algo en el Perù; y asì lo hacìan pero cuando regresaban, se daban con la sorpresa que el paìs no habìa cambiado, que la realidad era diferente y que era mejor volver a Japòn para trabajar y seguir ahorrando.
Muchos han logrado sus metas, tanto en Japòn como en el Perù, aquellos que decìan ni màs volverè, lo volvìan a hacer y siguen en el mismo lugar, tal vez por que no se decidieron a hacer algo determinado.
Mi sueño se volvìa realidad pero con ciertas variantes, que se puede hacer, tal vez es el destino.
No sè si el destino ya està escrito, o uno hace su propio destino. COMO SABERLO!Llegò la fecha de la partida
Despuès de muchos preparativos llegò la fecha menos deseada, tener que dejar atràs a nuestros seres queridos, a algunos ni se les volverìa a ver; en realidad fuè muy dura la despedida, pero tenìamos que partir.
Recuerdo mucho que estaba de lo màs sereno, pero cuando fuì a despedirme de mi ùnico sobrino en ese entonces, kenneth de un año que estaba durmiendo, sentì un dolor muy intenso el tener que separarme de ese pequeñin, al cual lo veìa como si fuera mi propio hijo, despuès de eso me derrumbè, sentìa que se me caìa el cielo entero y que tenìa que alejarme de mi querida familia.
Durante el recorrido hacia el aeropuerto me fuì recuperando, tratando de no demostrar lo que sentìa, querìa demostrarle a mi familia que iba seguro de mi mismo y que no me dejarìa vencer por mis temores.
Partimos un 19 de Julio de 1990, por razones personales me limitarè en mencionar solamente nombres y las siglas de los apellidos; entre los familiares y amigos estaban, Beto G., Ana G., Vicky K., Julio T. y yo. En el mismo vuelo viajaban màs compatriotas, pero como no nos conocìamos, casi ni nos hablabamos por el mismo nerviosismo del viaje; llegamos a Japòn, al aeropuerto de Narita, el 21 de Julio; inmediatamente nos llevaron a la central de la agencia Leader`s Technics en Gunma ken .
El viaje fue bastante agotador, lo que màs deseaba era darme un baño, apestaba horriblemente, tal vez era por el sudor originado por el nerviosismo del viaje.
Luego de llegar a esa central, inmediatamente nos evaluaron, es decir nos chequearon de acuerdo tal vez al fìsico y sexo; sin mucho tiempo para descansar nos repartieron, a diferentes lugares donde ibamos a trabajar.
En Gunma se quedaron Beto, Ana y Vicky; que angustia sentimos, creo que todos nosotros; ya que cuando decidimos viajar e iniciamos los tràmites pensabamos que irìamos a trabajar al mismo lugar o por lo menos cercanos.
Inicialmente nos llevaron a trabajar a una planta de ensamblado de containers para los camiones de transporte de carga(Tokyu), en saitama ken, ageo shi; estuve con Julio T.y Julio U.; luego de un mes nos llevaron a una fundiciòn en Saitama ken cerca del distrito de Kasukabe, era una fàbrica de piezas para la Isuzu, si es que la memoria no me falla.
Despues de trabajar un tiempo, en este lugar Julio U., empezò a mostrar sìntomas del Stress y decìa que trabajando en esta fundiciòn se iba a morir enfermo de los pulmones; pasado los meses al parecer se fue acostumbrando y estuvo muchos años trabajando junto con Julio T..
Por mi parte no estaba de acuerdo con el trato de parte de la contratista y lo peor de todo es que no habìa privacidad, ya que uno de los que estaban encargados de vigilarnos, digo vigilarnos ya que no podìamos hacer nada sin que ellos se enteraran; descubrì que revisaban nuestras pertenencias e inclusive lo encontrè un dìa leyendo o tratando de entender un diccionario que tenìa guardado en mi maleta, como no estaba dispuesto a soportar este tipo de abusos, me trasladè al apartamento de mi compadre que estaba en Tochigi ken, allì estuve màs de un mes hasta encontrar un lugar donde establecerme; a pesar de que la mano de obra era bastante solicitada, habìa ocasiones en que despedìan a los trabajadores cuando completaban la producciòn de la temporada, habìa mucha gente en la misma situaciòn, moviendose de un lugar a otro buscando donde les pagaran màs.
Yo buscaba, por supuesto un lugar donde ganara lo suficiente y poder establecerme y asì lo hice, sigo en el mismo empleo desde aquella època; inicialmete estuve en contra de entrar en èste tipo de trabajo, ya que es relacionado a la construcciòn civil y a la intemperie, se acercaba el invierno, era el primer invierno que pasaba en Japòn y no estaba acostumbrado a trabajar en zonas frìas y menos en la calle.
Pero como de costumbre mi compadre Julio G., estusiasmaba a la gente, convenciò a 12 personas màs para trabajar dentro del àrea de Tokyo, de las 13 personas que aceptamos, 3 fueron a trabajar a una empresa de pavimentaciòn y los 9 restantes incluyendome a mì, entramos a la empresa donde estoy actualmente; yo era el ùnico que estaba en contra de trabajar en este tipo de empresa y fuì el ùnico que se quedò; ya han pasado 19 años y aunque este trabajo es pesado, ha valido el esfuerzo han habido grandes logros y he obtenido muchas recompensas.
Hasta el momento sigo manteniendome en el mismo lugar, despuès de llevar tantos años en el mismo empleo, se van acumulando diferentes factores negativos que hacen que se intente cambiar de direcciòn a nuestra vida, buscando diferentes salidas y tratando de conseguir mayores remuneraciones en otros rubros, despuès de hacer investigaciones e intentar llegar a la meta deseada he tenido muchos tropiezos, me he ganado grandes problemas por tratar de llevar a cabo mis ideas, pero sigo con mis ideales, intentando concretar mis proyectos aunque hasta el momento no tengo grandiosos resultados, sigo preparandome y creo que pronto lograrè conseguir los resultados deseados.
Este es el precio de la independencia financiera!